sábado, 13 de diciembre de 2008

Mi aventura de ser docente

Después de realizar la lectura del señor Esteve, me resultó algo muy significativo, en especial cuando menciona que el maestro aprende por medio del ensayo y el error, ya que efectivamente así aprendí yo, y gracias a ello he podido corregirlos sobre la marcha.
Considero muy importante la frase de la lectura que dice que el docente dedica la vida propia a pensar y sentir, y hacer pensar y sentir.
Encuentro coincidencias entre el texto y mi vida en la docencia, puesto que desde el inicio realmente es una aventura ser docente, ya que comencé con muchas carencias y poco a poco me he pulido como profesora. Considero que la esencia de un profesor radica en su buena preparación, pero sin dejar de lado la parte humanista, ya que ella nos lleva a transmitir motivación a nuestros educandos para hacer más fácil el logro de sus objetivos.
El maestro no debe olvidar que las clases no son para hacer lucir al profesor y querer dejar en claro que sólo él posee el conocimiento, sino ser humilde también y reconocer que nosotros nos equivocamos y aprendemos de nuestros alumnos.
En la docencia no todo es miel sobre hojuelas, ya que ocasiones a pesar del compromiso, motivación y preparación, tenemos ciertos alumnos que nos resultan muy difíciles a la hora de realizar nuestra labor docente. En lo personal lo he vivido: hace aproximadamente 9 años, dos alumnos me hicieron pasar un coraje muy fuerte y como consecuencia sufrí una parálisis facial, quedando con secuelas debido a que no pude tomar medicamentos por mi embarazo.
A pesar de lo negativo que llega a ocurrirnos, sigo pensando que vale la pena ser docente; es una profesión que no cambiaría, el diario acontecer con mis alumnos también me hace vivir, cada triunfo o fracaso de ellos es mío también.
Saludos MEFOGA.

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